Artista: Cabero el perturbidor
Tema: El obsceno relato de Natasha

Eskrito y narrao por Cabero el Perturbidor aka The obscene raper.
Grabao y editao por Huzkey en Mongui In Black Kelo.
Hereje Skillz, 2007

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Descargado veces

Mi mente se transportó a lugares sombríos, lúgubres, transformándose
en un personaje lleno de fantasías necrófilas, llegando a tener
placeres no muy singulares, para conducirnos a pasadizos llenos
de fantasías oscuras por el sexo, donde el que se introduce ya no
puede salir de aquel lugar tenebroso, solamente Alberto, un hombre
tétrico y repleto de todo tipo de armas sexuales para combatir en
un mundo donde las muertas resucitan para obtener el placer que no
tuvieron en sus otras crueles vidas.

Todo sucede de noche. Alberto conecta con el más allá teniendo
profundas visiones y con difuntas insatisfechas y sedientas de sexo
violento. Se despierta de sus sueños pegando gritos de locura, empapando
la cama con su semen caliente… pero llegaba lo más excitante para él.
En la pared del cuarto había unas letras, escritas con flujo y sangre
de clítoris de furcia en las que se podía leer “Quiero sentir tu pene
dentro de mi, ven a saciarme, seré toda tuya”.

Cada noche que pasaba las corridas nocturnas iban a más y la voz
de esa mujer cada vez era más intensa, lo que hacía enloquecerlo más.
Una de las noches se levantó al borde del desquicio, golpeándose
bruscamente el paquete. Empezó a escuchar otra vez esas voces de
provocaciones sadomasoquistas. Inició así la búsqueda de ella, hasta
conducirnos a un cementerio místico, en el cual se desatan orgías
desenfrenadas de sexo, donde todas eran mujeres hambrientas de pene.
?l se colocó encima de la lápida en la que sentía una profunda excitación.
Esa tumba procedía de una mujer joven llamada Natasha, que no pudo
experimentar ni saciar sus ansias de sexo salvaje en su otra cruel vida.

Alberto  se puso de rodillas sobre el mármol de la lápida. Con la mano
llena de clavos se la sacó al mundo exterior. Comenzó a cascársela.
Mientras chillaba derramaba la sangre y su semen hirviendo en la tumba.
?l empezó a no estar muy cuerdo. Con el pene ensangrentado golpeaba
la tumba duramente, provocando así un ritual egipcio sobre la reencarnación
sexual de las muertas. Inició así ese ritual sexual, dando efecto a
Natasha, que comenzó a llenarse de gozo y pensamientos perturbados le
rondaban por su cabeza. De repente partió la tumba en dos, apareciendo
la cabeza y chocando brutalmente con el glande ensangrentado de Alberto.
Se la introdujo más allá de la campanilla, mientras estrujaba violentamente
los testículos. Alberto la tenía por la cabeza, empujando y estrujándole
el cuello a la vez que le reventaba las cuerdas vocales. A pesar de ello,
ella no paraba de chillar, ya que empezaba a saber lo que era disfrutar
con un prepucio en la boca.

Todas las difuntas del cementerio empezaron a despertar, uniéndose a
aquel estruendo del hechizo que había provocado Alberto. Al otro lado
del cementerio continuaba Alberto. Tenía atada a Natasha a la lápida
donde la estaba azotando con su látigo seductor negro. Su cuerpo ardiente
estaba recubierto de flujo y de sangre. ?l comenzó a lamerlo entre delirios
de las difuntas que estaban presenciando aquel insólito acto. Empezó a
penetrarla degeneradamente al mismo tiempo que le escupía a la boca el
flujo que anteriormente había lamido de su fogoso cuerpo. De repente se
partió la lápida. Ella le arrebató el látigo, obteniendo así el poder.
Comenzó a chuparlo a la vez que sus ojos conectaban profundamente con
los de él. Empezó a sacudirle unos azotes en el paquete, provocando así
fuertes convulsiones llenas de éxtasis. Las demás difuntas también se unieron.
Comenzaron a mamarle el prepucio. Todas querían probar de aquel goloso manjar.

Entre el frénesis de excitación empezó a resurgir de ese misterioso sueño,
despertando en su cama empapada. Pero no estaba solo. Se dio la vuelta y allí
estaba, con su precioso cuerpo al desnudo y llena de cicatrices. Repentinamente
un fuerte seismo abrió el suelo de su cuarto en dos, adentrándonos en un
infernal mundo lleno de atroces y fogosas experiencias eróticas por
CABERO EL PERTURBIDOR.